Sobre dignidad y esos comentarios pintorescos que se dan en Octubre en la metrópoli de Clarín y a colación del revuelo surgido con la próxima entrega de los recién renombrados premios "Princesa de Asturias". Una buena ida de olla la de Ana Taboada, la primera teniente de alcalde, como así salió nombrada de la Corporación resultante de las últimas elecciones municipales. "Los premios ´Princesa de Asturias´ están pasados de moda, hay otras prioridades", es como decir que el buen vino está pasado de moda porque la gente ya sólo bebe cerveza. Aún así no le falta razón, en el fondo que no en la forma, y seríamos como esos que lapidan gratuitamente cada año en la calle Uría a premiados y miembros de la Fundación si no percibiésemos las carencias que año tras año cuelgan de estos premios. Derecho a protestar tenemos todos, Taboada como miembro de la corporación municipal que carga cada año con el 39% de las aportaciones públicas anuales a la Fundación Princesa de Asturias, una entidad que aún así se considera a sí misma privada.
Pero tenga razón ó no la "vicealcaldesa", y le pierdan las formas, al pueblo lo que le duele es tener que aguantar impotente cada año por estas fechas como entre diez o doce operarios engalanan a «La bailarina», esa que parece estar perdiendo el equilibrio a la puerta del teatro, el comprobar como se repintan las papeleras más desgastadas de la ciudad, y asistir al ejercicio de levantamiento de tapas de registro desde el barrio de Villamejil hasta el de El Cristo que lleva a cabo la Policía sitiando esquinas y cortando calles, todo esto para terminar reconociendo al último deportista ó escritora que se encaramó anteayer en la cresta de la ola al clamor mediático. Algo que el presidente del Patronato de la Fundación, Rodríguez Inciarte, ya criticaba en 2009 de los Nobel y que no es capaz de ver en su propia casa. El Patronato o está ciego ó no quiere ver estas cosas. Por no hablar de los orígenes y objetivos con los que se fundaron los Premios, hasta el punto de llegar a ser negado por el propio Inciarte que los premios sean políticos. O asumen eso como se asumía en sus orígenes, o toca renovarse!
Y para corrosivo, para que esta entrada termine como se merece, el comentario de Graciano García, director emérito de la Fundación "Princesa de Asturias" y "presidente de una de las más importantes organizaciones empresariales de Asturias" así se define a sí mismo, que reconoció entre los participantes de las marchas por la dignidad que el año pasado reventaban el desfile de premiados, a "rencorosos y a los cuatro herederos de los asesinos de ETA y de los anarquistas andaluces". Este año no merecen más comentario los Premios "Princesa de Asturias" 2015.
Pero tenga razón ó no la "vicealcaldesa", y le pierdan las formas, al pueblo lo que le duele es tener que aguantar impotente cada año por estas fechas como entre diez o doce operarios engalanan a «La bailarina», esa que parece estar perdiendo el equilibrio a la puerta del teatro, el comprobar como se repintan las papeleras más desgastadas de la ciudad, y asistir al ejercicio de levantamiento de tapas de registro desde el barrio de Villamejil hasta el de El Cristo que lleva a cabo la Policía sitiando esquinas y cortando calles, todo esto para terminar reconociendo al último deportista ó escritora que se encaramó anteayer en la cresta de la ola al clamor mediático. Algo que el presidente del Patronato de la Fundación, Rodríguez Inciarte, ya criticaba en 2009 de los Nobel y que no es capaz de ver en su propia casa. El Patronato o está ciego ó no quiere ver estas cosas. Por no hablar de los orígenes y objetivos con los que se fundaron los Premios, hasta el punto de llegar a ser negado por el propio Inciarte que los premios sean políticos. O asumen eso como se asumía en sus orígenes, o toca renovarse!
Y para corrosivo, para que esta entrada termine como se merece, el comentario de Graciano García, director emérito de la Fundación "Princesa de Asturias" y "presidente de una de las más importantes organizaciones empresariales de Asturias" así se define a sí mismo, que reconoció entre los participantes de las marchas por la dignidad que el año pasado reventaban el desfile de premiados, a "rencorosos y a los cuatro herederos de los asesinos de ETA y de los anarquistas andaluces". Este año no merecen más comentario los Premios "Princesa de Asturias" 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario