domingo, 20 de febrero de 2022

Tras la lúgubre escalera

Bajé la lúgubre escalera que se hacía eterna justo hasta el momento en que abrías la puerta del portal y aparecían ante mis ojos un cúmulo de buenas sensaciones. Era Enero, y sin embargo tras la oscuridad detrás de esa puerta, en la Avenida de Peris y Valero para cualquiera de los viandantes que me cruzaba aquella tarde seguramente la sensación era la misma que la mía, había llegado la Primavera adelantada. 

El Burger King del número 92 de la avenida estaba vacío, pedí lo de siempre. Después de la paella del mediodía que aún estaba digiriendo tenía la necesidad de comer algo sucio.  Hice el corto trayecto de vuelta a la inversa caminando por la acera hacia el portal. En el tercer piso, en ese mundo de ideas iluminado por el sol que aún entraba por los grandes ventanales que daban al patio sur, solo pensaba en el paseo por el Turia de esa mañana, en lo bien que lo había pasado la noche anterior y en comerme la hamburguesa que aún desprendía calor.