jueves, 29 de agosto de 2019
El verano que se escapa
Me quedé sentado en aquella terraza observando al pakistaní que instruía a los viandantes en el juego del cricket, luego me dijeron que se ganaba la vida de noche trabajando como taxista. No se intuía problema alguno de raza, sexo o religión en aquella plaza, el mestizaje convivía en sintonía. A continuación disfruté de una pasta italiana exquisita, cocinada por un chef italiano, al estilo italiano, hasta en el propio Nápoles me costó encontrar algo tan suculento. Luego, con el estómago lleno, en el carrer del Blai empecé a beber intuyendo la magnífica tarde que se iba a quedar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)