domingo, 26 de mayo de 2019

El último domingo de Mayo me duché aliviado

Entré en la bañera y tras abrir el grifo comencé a frotarme todo el cuerpo utilizando el único bote que encontré a mano, era un bote de champú, me frotaba como si la suciedad fuese los restos de la sangre de un asesinato, me quité de golpe el sufrimiento de los últimos tres meses de mi vida. Cerré el grifo aliviado, puse los pies en el baño, me sequé y salí desnudo al salón. A través de la ventana me quedé mirando fijamente al viandante que paseaba en ese justo momento, era el último domingo de Mayo y el ansiado verano estaba a punto de llegar.